miércoles, 22 de julio de 2009

Sangre y latidos


Y aquí el segundo One-Shot de Garras y Colmillos, donde conoceremos algo del pasado de Will nuestro licántropo preferido...
Que disfrutéis!
----------------------------------------------------------------------


Había decidido tomarme una semana de vacaciones, debía despejar mis dudas. Ya había pasado un tiempo desde que asesiné a Baguf vön Drac y Nina, aún así por las noches cuando dormía pasaba terribles pesadillas. No lo comprendía, había matado a muchos vampiros y nunca me había ocurrido esto. Soñaba con la última imagen de mi batalla contra Baguf, y me susurraba algo al oído, algo que nunca podía percibir. Siempre despertaba confuso y enfurecido a la vez.
Por eso en estos momentos, con una mochila en la espalda, me encontraba en frente de la residencia de mi querida madre. Tal vez ella pudiese darme las respuestas que tanto estaba buscando. El corazón me latía a toda prisa, hacía bastante tiempo que no visitaba a mi madre y no sabía como iba a corresponderme. Agacho la cabeza en señal de vergüenza. Sin darme cuenta, un señor anciano que quería entrar a la residencia me pide que me apartase, yo estaba en mi mundo, por lo que reaccioné tarde.


Al fin despierto, lleno mis pulmones de aire y subo las escaleras. Pregunto en la habitación en la cual se encontraba mi madre, y aquí estaba, en frente de la puerta. Dudaba si tocar o abrir directamente, paso al modo educado y toco. Oigo un “adelante”. Abro la puerta y me encuentro con la típica habitación de residencia para ancianos, pero la mujer que se encontraba sentada encima de la cama no aparentaba ser una anciana aunque tuviese esa edad.

Una mujer de cabellos castaños rizados, con ojos rojos antes azules como los míos. Vestía un vestido propio de su época. Al verme entrar, su rostro muestra sorpresa. Me lo imaginaba, nunca iba a visitarla, así que debo intrigarla. Su cara perfecta comenzaba a interrogarme en silencio. Cierro la puerta lentamente, camino hacia ella y me coloco delante de ella.

Me mira de arriba a abajo, y con una mirada propia de una madre enfadada, me pregunta:

-¿A qué vienes Will? Recuerdo que fuiste tú quien me metió en esta residencia de pobres mortales como castigo por ser lo que soy.

-Necesito respuestas- suelto simplemente.

Seguía estando de pie, me daba miedo sentarme a su lado, recuerdo que su furia no llegaba a los límites humanos. Trago saliva. Ella sonríe de satisfacción, notaba que aún le seguía teniendo temor. Coloca su pierna izquierda encima de la derecha, como hacen las típicas chicas que van a darles las respuestas a los pobres preguntones y dudosos.

-Pregunta pues, si la pregunta es fácil te responderé, pero sino, ya sabes qué es lo que pido a cambio.

Ahora si que estaba acojonado, no había cambiado ni un pelo y eso que convivía entre seres humanos. Dejo mi mochila en el suelo y pregunto:

-¿Está entre tu lista de conocidos la familia vön Drac?

Sus ojos se abren como platos, era una respuesta afirmativa, pero la respuesta que yo quería era la que saliese de su boca.

-¿Por qué lo quieres saber? ¿No será que has matado a un miembro de su familia?- al ver que aparto la cara, se sorprende aún más y dice con voz enfadada- ¡Por el amor de Dios! ¡Will!

-No me regañes ahora, quiero la información.

-Primero dime a quién mataste- dice seria.

-Al famoso asesino de niños, Baguf vön Drac.

Ahora sí que estaba enfadada mi madre, parecía como si fuese a levantarse, me fuese a estampar contra la pared y pretendiera ahogarme. Se controla, y tras apretar un poco sus puños, suelta un suspiro y dice:

-La familia vön Drac es una línea de vampiros, mucho más antigua que la del mismísimo conde Drácula. Baguf era uno de los hermanos de la línea principal, se decía que cuando el jefe presente se retirase, el ocuparía el trono. Pero si lo has matado y aún no han ido tras de ti, quiere decir que eligieron al otro hermano...- parecía pensativa.

-No es culpa mía que lo matase, es culpa suya matar a gente inocente y después que sus parientes busquen venganza.

-¡Esos son problemas de los mortales! ¡No nuestros! ¿Por qué te inmiscuyes en problemas que no te convienen?- grita.

-¡Yo no podía dejar a ese pobre niño llorar por la muerte de su hermana! ¡Si los vampiros se pudiesen controlar!

Nunca había discutido tan fuerte con mi madre, aún así, era ella quien manejaba la situación. Estaba furioso, ella nunca podrá comprender el por qué lo hice, nunca comprendió a las personas...

Mi madre levanta la mirada seria hacia mí, la última frase que había dicho le había tocado en la vena sensible. Se levanta de golpe de la cama, dejando su postura tranquila.

-¡Está en nuestra naturaleza ser así! ¡Lo qué pasa es que tú nunca comprendes esas cosas!

De repente, sin preverlo, me quedo paralizado. No podía mover ni un maldito músculo. No lo podía comprender, estaba totalmente curado de las heridas de mi batalla contra Baguf. Bajo mi mirada y miro a mi madre. Era ella y ese poder de persuasión que la caracterizaba como vampiro. Maldita sea... Caí de nuevo en su trampa.

Lentamente, me agarra por los hombros y me estampa contra la pared, tal y como creía que me iba a hacer antes. Yo la miraba anonadado, sin saber como reaccionar. Estaba hecha una furia, y yo estaba ahí, sin poder escaparme o ni tan siquiera atacarla. Tenía mis pistolas tan cerca... Pero tan lejos a la vez...

Mi madre acerca sus labios poco a poco a mi cuello, pero antes de que lo llegasen a tocar, acerca su boca a mi oído izquierdo. Trago mucha más saliva. Con su voz delicada, la típica de un vampiro antes de atacar a su presa, dice:

-Como ya sabrás, te exijo algo a cambio por mi información, además de que estoy enfadada contigo. Puedes tomártelo como un castigo, pero para mí será como probar algo nuevo. Nunca había probado la sangre de un licántropo, ni mucho menos la de mi propio hijo, así que por favor, permíteme probar tu sangre.

Huele un poco el aire y dice:

-Tu piel huele a otras sangres, será un gusto descubrir a que sabe tu verdadera sangre.

Le miro confuso, sin comprender sus palabras aunque me lo hubiese explicado a la perfección. Mi madre me había castigado de miles maneras diferentes, pero nunca de esta manera. Iba a ser humillante... Además de que nunca me lo había creído de ella, ya que según decía nunca probaría mi sangre por ser como era, al parecer fingía y muy bien.

Abre la boca, y se acerca finalmente a mi cuello. Hinca con furia sus colmillos. Yo gruño de de dolor, y después siento como mi sangre es succionada por mi propia madre. Sentía como todo a mi alrededor se desvanecía y yo con él. ¿Así que era esto lo que sintieron todas las víctimas de Baguf? Parpadeo durante unos instantes, cada vez me sentía con menos vida. Ella nota la pérdida de mi vitalidad y deja de succionar mi sangre.

Me libero de su hechizo, pero al no tener fuerzas, caigo al suelo apoyado en la pared. Veo como se limpia la sangre de su boca con la lengua, no comprendía como les podía gustar tanto la sangre. Se arrodilla ante mí, pone su mano derecha en mi pecho y nos quedamos los dos en silencio. Mi corazón latía a más no poder, tenía poca sangre y mis células necesitaban nutrientes. También sentía miedo por mi madre, respiraba profundamente.

-Lo que me imaginaba... Aún siendo un licántropo, tu sangre tiene un sabor dulzón, tal y como me gusta a mí- se apoya en mi pecho y dice nuevamente- Me gusta como late tu corazón...

Cuando recuperé la consciencia y el movimiento, mi madre ya no se encontraba en su habitación. Recogí mis cosas y me largué de aquella residencia con la marca en mi cuello.

Ahora me encuentro en un acantilado, viendo como chocaban las olas, intentando romper el acantilado y éste oponiéndose a la fuerza de la naturaleza. El sonido del mar relaja bastante, aún cuando tienes un remolino en la mente. Ahora lo que me quedaba por hacer era acabar con el hermano de Baguf, así tal vez, las pesadillas cesaran. Pienso durante unos instantes en mi madre, y de nuevo su imagen me trae escalofríos. Nunca aprenderé...

Mi madre era conocida como Mary la seductora en sus tiempos jóvenes, era una vampiresa recién convertida y atacaba a todos los chicos jóvenes y guapos. Ahí conoció a mi padre, un licántropo cazador de vampiros. Los dos se quedaron prendados del otro, de esa relación nací yo, un ser humano. Ninguno de mis padres sabía que hacer, querían que creciera junto a ellos, sin tener a la Muerte pisándome los talones, decidieron en convertirme a una de las dos razas. Pero ocurrió que cada uno quería convertirme a la suya, mi padre en un despiste de mi madre, me mordió y me convirtió en lo que soy ahora.

No es que odie ser un licántropo, por el contrario lo agradezco, no quería ser un vampiro... Desde entonces, mi madre ha estado guardando las distancias conmigo, castigándome siempre que podía, hasta que dije que yo que éso se acababa.

Me incorporé a la organización Artemis, para defender a aquellos seres que lo necesitaban...
Era luna llena, perfecto para “cazar”. Era invierno, y la nieve caía del cielo. Un manto blanco cubría mi pelo oscuro, pero ahí estaba yo, apuntándole con mi pistola de corta distancia a Kaen vön Drac. Tras semanas de búsqueda le había encontrado y ahora no le iba a dejar escapar. Dudo por unos instantes ante su mirada llena de furia.

-Maldito chucho mugriento... Tu madre debió matarte cuando pudo...

-Se siente, no lo hizo- aprieto el gatillo y le encasqueto la bala en medio de la frente.

Enseguida su cuerpo se convierte en ceniza, guardo mi pistola en la gabardina y con la mente llena de rabia, golpeó con mis puños el suelo hasta hacerme sangre. Cuando me quedo satisfecho, dejo que las manos se curen y me alejo de aquel lugar.

-Terminé lo que empecé- en cuanto me acuerdo, bajo la cabeza y digo en voz baja- Otra misión extraoficial... A este paso nunca cobraré...

-----------------------------------------------------

Nos leemos en la siguiente entrada!

2 comentarios:

Tortugokamikaze//Pingu R. dijo...

Tendría que leerme el anterior para leerme a gusto este...

Podías haber elegido luchar contra Werner von Braun...

que por cierto, el von delante de ciertos apellidos alemanes no lleva diéresis... (en caso de que pretendas que sea alemán... si es suagili o [introducir idioma o cultura ficticia] me callo)

Nurichigo dijo...

xDDD
Un apellido inventado, no intentaba imitar el alemán simplemente...
Jeje, te recomiendo Garras y colmillos porque está mucho más lleno de acción que éste...