Como cambia la gente...

Ais, acabo de ver el vídeo que ha hecho Melodie como despedida ya que se va a Elche (Elx) a vivir D= La verdad es que se le echará muchísimo de menos, y la verdad me hubiera gustado pasar más tiempo con ella pero no pudo ser por razones ajenas a nosotras D= Pues eso, este párrafo va pa' ti, fan nº 1 de Beyoncé.
Respecto al título de esta entrada, pues porque al ver el vídeo, Mel puso fotos antiguas de hace la pera de años (2 para ser exactos =D) y me fijé en cuanto habíamos cambiado todos. De aspecto, de personalidad, de modo de vida, etc. Y es cierto, con sólo dos años lo que puede llegar a cambiar la gente, ¿verdad?


De hace milenios (hace 5 años O.O) Tercero de la ESO a principios


Este verano





Joer, que buenorra me vuelvo de años en años xDDD Fuera coñas, ¿veis como lo que os he dicho antes es verdad? Cada vez que me miro al espejo, me siento mayor, como una chica de 4º de la ESO xDDDDDDDD Por qué seráá xDDD
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Otra imagen que versionar de LaviAllen (cuidado con la vista) para la lista Gara e_e



Y ya para finalizar, os dejo con esto...
Otro favor cualquiera Parte 2 (=O sorprendente!)

Era una calle oscura a pesar de que el Sol seguía en el cielo. Si fuera un hombre débil, tendría escalofríos del miedo, pero en esa situación no tenía miedo.
Toqué una puerta de madera oscura y bastante pequeña. Tendría que pasar por ella agachando la cabeza.
La puerta la abrió una hermosa chiquilla de rizos rubios de mirada triste. Aún no tenía la edad, así que seguramente se limitaría a abrir la puerta y a atender a los hombres.
-¿S-Sí? ¿Ha hecho reserva señor?- dijo con su vocecilla tímida.
-No, pero me gustaría estar con una chica de pelo liso algo oscuro y que tiene...- hice el gesto de que tenía muchas tetas.
-Ah, Elizabeth... Pase por favor, ha tenido suerte, creo que es la que está libre ahora.
Que suerte tenía, no tendría ni que esperar para poder interrogarla. El pasillo estaba lleno de hombres importantes que ocultaban su rostro con una máscara. Yo en cambio, iba con la cabeza alta. La niña de rizitos rubios me acompañó hasta la puerta. Creo que supo que yo no le haría indirectas como que conmigo perder la virginidad sería una de las mejores y todo el rollo ése. Pasé a otra habitación y allí se encontraba ella, con una ropa mucho más sensual que hacía que con solo mirarla pensara que fuera un diosa.
Al verme se sorprendió, era de lo más normal. En un principio se creyó que venía por su “trabajo”, y empezó a desnudarse delante mía. En serio, ese fue el trabajo más raro que recibí.
-Em... Perdona, pero no he venido para tus “servicios”. Necesito que respondas a mis preguntas.
No se sonrojó ni nada por el estilo, simplemente se sentó en la cama donde lo íbamos a hacer y me miró seria.
-Lo siento, poca cosa te puedo decir. Una mujer toda vestida de negro y con la cara tapada me dijo que le diera ese papel a Egbert
Smith. Pregunté por Londrés y encontré tu casa. Junto con el papel venía un bolsa de dinero que era para mí por darte el papel.
-Entiendo...- dije mientras me cruzaba de brazos.
Mi cliente no quería ser reconocida, pero si investigaba en la familia seguro que la encontraría. Me quité la chistera y le hice una reverencia a Elizabeth.
-Gracias por su colaboración.
Antes de que me pudiese marchar, su mano delicada me detuvo.
-¿Qué es ese trabajo que se te ha encomendado?
-¿Por qué tiene tanta curiosidad una prostituta?
-Mi vida es muy monótona, esperaba que tú cambiases un poco mi camino...
Mientras suspiraba, pensaba en las palabras que me había dicho. Tal vez me fuese de ayuda después de todo. Seguro que gracias a su trabajo conocería a muchos contactos con los cuales podría hablar.
-Ésto sellará nuestro contrato como mi secretaria -dije cuando me acerqué a ella y la besé profundamente.
Hacía tiempo que no besaba a una mujer, y ella tras entrar a mi despacho y me dejaba confuso, creo que despertó un corazón que dejó de latir. Terminó el beso, el cual fue bastante largo, ella me sonrió y cogió todas sus pertenencias. Me agarró de la mano y mientras salíamos de la habitación le indicó a la niña que no iba a volver más con la mirada. Una libertad que le vendría bien...
-Entonces, ¿me dirás en que trabajas? Todo esto que he hecho ha sido muy precipitado, pero tenía ganas de salir de ese mundo.
-¿Has oído hablar del asesino Dark? -dije con una voz seria.
-Algunos clientes me han hablado de él... ¿Por qué? Dicen que es infalible, nunca ha fallado en sus asesinatos.
-Porque yo soy él.
Estábamos llegando a mi despacho y por eso no me lo callé. Volví mi mirada para observar la expresión de Elizabeth, y en vez de miedo era curiosidad.
-Creía que los asesinos tenían un aspecto más amenazante.
-No soy un asesino cualquiera, soy un asesino a sueldo. Me pagan a cambio de que mate a una persona que el cliente me ha encomendado. Es un trabajo bastante movidito, yo en verdad los llamo “favores”. Ya que en sí les hago favores a las personas. Ahora me ha dado por investigar a mis clientes, sino, la gracia de mi trabajo se va.
Todo esto era una locura, ¿qué había hecho? Nunca había necesitado socios para conseguir terminar mis trabajos. En cambio, esta mujer tenía algo que hacía que me volviese loco al verla. Era tan perfecta físicamente... Parecía tan delicada salvo por sus ojos que reflejaban fuerza y dureza.
Los vecinos del bloque me miraron bastante mal, se pensaban que era un hombre de negocios y al verme cogido de la mano de una prostituta ya comenzaron a pensar en sus alocadas teorías que contar en sus cuchicheos. Mientras no molestasen, me daba igual.
El despacho seguía igual que antes. Tan ordenado y tan limpio. Elizabeth lo miró con curiosidad y se paseó varias veces.
-Eres muy limpio Dark.
-Por favor llámame Egbert, no me gustaría que los vecinos se enterasen de mi “secreto” -le dije sonriendo.
Ella asintió con algo de energía, después de darse por satisfecha procedió a sentarse en mi silla para pensar. Colocó las piernas encima del escritorio de un modo que podía ver sus ropas interiores. Me sonrojé un poco, a lo mejor era propio de ella que los hombres mirasen toda su intimidad, pero ésto me parecía algo raro.
-¿Por dónde empezamos?
-Querrás decir por donde empiezo, tú no me vas a ayudar en este...
-¡Para éso te he acompañado! ¡Quiero una vida más atractiva que la que tenía! -me interrumpió de una manera poco agradable.
-Pero si un día me llegan a pillar...
-Yo iré a la cárcel contigo, tú tranquilo -volvió a interrumpirme.
Me di por vencido al final, ya que Elizabeth tenía pinta de mujer testaruda. Saqué una libretita pequeña donde apunté todo lo que sabíamos hasta ahora. Después la coloqué en el centro del escritorio y comencé a observarla como si me fuera a dar las respuesta de todo este asunto.
Lo primero era infiltrarse en la mansión Williams, donde residían la mujer y el hombre. Después intentar enterarse por qué la señora “Flower” quería ver a su marido muerto. Y luego claro está, cometer el asesinato. Me crucé de brazos pensativo, y tras un largo rato nadie dijo nada. Miraba de vez en cuando a Elizabeth quien también me miraba a mí, en cuanto chocaban nuestros ojos, nosotros los desviábamos. Era una mujer peculiar...
-De acuerdo, debemos ir a la mansión de nuestra “clienta” -dije finalmente, ese momento se estaba volviendo demasiado incómodo.
-Umm, si creo que será lo correcto.
-¿Desde cuándo sabes qué es lo correcto y lo que no en este tipo de situaciones? -pregunté interesado.
-Desde nunca, pero tengo buena intuición -respondió simplemente.

Próxima parte para Navidad (espero xDDD)