martes, 10 de noviembre de 2009

Crónicas de Nuria, Historias de Ewal- Un único amor

He aquí una nueva sección de mi blog que espero hacer semanal (ESPERO). Tratará sobre una viñeta coloreada sobre una cosa que me ha pasado que después abajo comentaré en un texto =D

Començem!!

Hoy estaba esperando al profesor de guardia de Tecnología, escuchando música desde mi móvil tan tranquila, cuando de repente pita. ¡Oh, no! (OMG) xDD Se me quedó sin batería porque creía haberlo cargado. Lo peor era que tenía que llamar a mi madre por unos asuntos al final de la clase, y no he podido xD Pero bueno, ha tenido un final feliz porque no hubiera hecho falta =D

PD hoy es mi cumpleaños para los no enterados (que hay algunos que me echan en cara el no haberlo dicho >_>) xDD

Y como sorpresa, Historias de Ewal, historia 7.5 (su explicación a ese extraño número es que lo escribí allá por el capítulo 11)


Un caballo gris de aspecto jovial, encima suyo, un joven con manchas de sangre y con heridas sin curar. Los guardias del castillo y de la ciudadela no permitieron dejar pasar al caballo. Tenían la orden de no dejar pasar a extranjeros, pero entonces reconocieron al muchacho que se encontraba sentado sobre el caballo. En un principio se asustaron y abrieron las puertas. Tras hacer éso, marcharon corriendo a llamar de nuevo a los sanadores. Recordaban la última vez que había vuelto así, les había dando un buen susto.
Los sanadores corrieron rápido hacia el joven, lo montaron en una camilla improvisada y lo llevaron a palacio. Antares no entendía la situación, sabía que su amo se encontraba en un grave estado y lo mejor que había hecho era traerlo al castillo.
La reina Fer vestía un traje ajustado largo, de mangas largas. Hacía contraste con el color blanco y el negro, ya que hacían una espiral con esos dos colores. Corría rápido por los pasillos. Al abrir la puerta, su corazón dio un vuelco. Recordaba muy bien esa escena, era como aquella vez que había vuelto de una batalla que ganó por poco. Dio la orden de dejarlos solos a los dos. Se acercó lentamente a su cama, le agarró la mano y le pasó la otra mano suavemente por la frente. Estaba bien, respiraba.
De repente, Aery abrió los ojos, enseñando aquel violeta tan intenso. Fer se alegró aún más, y de la emoción le rodeó en sus brazos y después le besó con sentimiento en la boca. El joven se había quedado perplejo, pero ya no tenía que dejarla, se iba a quedar con ella para siempre. Nadie les iba a interrumpir, aquel momento era suyo de nuevo.
Tras separarse, Aery le dio otro beso corto y le susurró a Fer:
-Esta vez he venido para quedarme para siempre. Yo te quiero. Eres la luz que hace que me levante cada mañana y recobre las fuerzas. Eres la energía de mi cuerpo y de mi mente. Eres mi vida. Por eso quiero pasar el resto de mi vida contigo.
-Yo también te quiero, eres la razón de mi ser.
Se acostó con él en la cama, se quedó abrazada a él hasta que recuperara las fuerzas. Pensaba que gracias a él, la felicidad de su reino volvería.
Habían pasado ya varios años tras la boda. Fue todo un espectáculo, todos los señores feudales y los nobles de Ewal asistieron a la boda. Fueron incluso los reyes de los reinos cercanos, con los cuales delimitaba Ewal. La boda fue en sí, perfecta. La reina Fer llevó un vestido aún más bonito que el que llevó en su coronación. Era sencillo, pero resaltaba toda su belleza. Aery en cambio, vistió una ropa que nunca creyó llevar nunca. Fue algo incómoda para él, pero gracias a éso podría estar toda su vida con la mujer que amaba.
Después de la boda y el beso intenso que se dieron, siguió la coronación de Aery. Ya que al casarse con la reina, le convertía en rey. Nadie objetó nada, todos los presentes sabían lo que había hecho Aery por Ewal. Era el rey perfecto para el reino.
La historia de Aery Giol y Fer Qel no acabará aquí, pero es demasiado larga como para poder contárosla entera.

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