domingo, 11 de julio de 2010

Ánima Capítulo 4

He estado últimamente algo ausente por culpa de timofónica y naranjito, pero bueno. Os dejo aquí con un nuevo capítulo de Ánima para que así al menos, mi próxima llegada no sea tan larga.
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No puedo escapar del chico de ojos rojos. Estoy en su mundo y yo no tengo poder sobre él. Mi única manera de poder huir es invocando el portal hacia otros mundos, el espejo. Sin embargo, sigo sin saber como llamarlo.
-Eirene… Debo ir en su busca.
Da realmente miedo.
Sus ojos son completamente rojos y me producen una sensación de tristeza cada vez que los observo. Esta ánima no se puede comparar en absoluto con Charlotte. Ella tenía pizcas de vida, pero él, él estaba todavía más atado en su mundo.
Puedo ver las cadenas a su alrededor. Pesan y hacen que sus movimientos sean lentos y costosos. Lleva harapos como ropa, por lo que me da que pensar que ha vivido en una época dura y difícil. Está tremendamente sucio y su piel morena me da a entender que ha estado trabajando hasta el día de su muerte.
Sin darme cuenta, choco contra una pared de piedras que ha formado detrás mía.
Entonces me veo encerrada en un callejón oscuro. Él extiende el brazo, busca mi poder y lo sacará de mi alma.
Cierro los ojos y espero a lo peor.
Y cuando sus manos llegan a mi pecho, me atrevo a preguntar:
-¿A quién estás buscando?
Su mano se detiene y tiembla. Alza la cabeza y me mira con esos ojos suyos.
-A mi hermano, Eirene, a mi hermano Samuel. Él murió porque no le pude proteger, porque no era fuerte. Vi con mis propios ojos como murió en la horca, y el siguiente en morir fui yo. Tendría que haber vigilado que no venia nadie. Y-y… Desperté aquí.
“He llegado a comprender este mundo en el cual nos encontramos. Y cuando lo iba a dar todo por perdido, vas y aparecer. ¡Toda la información sobre ti me vino a la mente! Eirene, necesito tu poder, necesito estar con Samuel para toda la eternidad.”
Con valentía, le agarro de las manos para darle fuerza interna y le digo:
-Este poder me ha sido concedido al parecer, porque soy el ánima que menos está atado a su vida pasada. Yo… No puedo darte mi poder aunque quisiera. Veo las cadenas de amargura que te atan aquí y aunque tuvieras mi poder, no podrías salir de aquí.
Ante la agonía, vuelve a agachar la cabeza para llorar. Grita cosas incomprensibles para mí y los muros desaparecen. Es mi oportunidad para irme, pero debo estar a su lado en este momento tan difícil.
Entonces, en la cadena que se engancha en su cuello, veo brotar una luz y se escribe su nombre. Michael. Me engancho a Michael con ternura y derramo lágrimas junto a él, para que sepa que no está solo aunque yo desconozca mi pasado. Aunque yo no quiera saber que cosas hice.
-Michael… Yo lo buscaré por ti. Y cuando lo encuentre, volveré para traerte noticias suyas.
-Necesito saber si me ha perdonado… -suelta entre sollozos.
-Seguro que sí…
Y una imagen de una niña pequeña llorando en la oscuridad aparece en mi mente. La aparto enseguida, ya que me produce escalofríos inquietantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me guuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuusta. :3