domingo, 22 de marzo de 2009

Exterior

Una historia de ciencia-ficción que empecé a escribir en clase de lengua, y la idea me encantó. Lástima que por aquel tiempo no redactase como lo hago ahora xD Aún así la diversión está asegurada. Saga Tkeos! Comenzamos!

Capítulo 1- Algo cayó del cielo
Estamos en un mundo corrupto, cuyo único propósito es controlarnos a todos. Según cuentan teorías, hace 500 años, cayó un meteorito en nuestro planeta, provocando una gran catástrofe a su alrededor. Todo quedó en cenizas y la nada, menos un lugar. El único sitio donde no llegó la destrucción, Tkeos, el lugar más frío del mundo. Durante estos 500 años, nuestro antepasados han podido sobrevivir gracias a la cúpula de cristal que rodea a toda la ciudad. Vivimos encerrados en esta cúpula, porque el meteorito no sólo causó destrucción,sino trajo consigo un aire tóxico que quita la vida a cualquier ser vivo que lo respira. 500 años de encarcelamiento, y en estos momento se está decidiendo si debemos repoblar el mundo o no.
-¡El planeta aún no se ha desecho del hairun! ¡No sabemos si los ciudadanos sobrevivirán al respirar ese aire!-
dice el consejero de la parte este de Tkeos.
-Mi querido consejero Zae, ¿cómo sabemos lo que acabas de decir? Después de 500 años, hay un 90 % de posibilidades de que el planeta se haya desecho del hairun- dice el consejero de la parte norte, Triccu.
Zae se desquicia ante las palabras de Triccu. Golpea con sus dos puños la mesa central y dice enfadado:
-¡No tenéis pruebas!
Toso disimuladamente, levanto una mano, lo que provoca que todos los presentes giren su cabeza hacia mí. Me sonrojo un poco,ahora era yo el centro de atención. Me levanto de mi asiento, apoyando mis dos manos en la mesa. Pienso lo que voy a decir y comienzo a hablar:
-Lo cierto es que si tenemos pruebas.
Zae abre los ojos. No se lo puede creer.
-Gracias a nuestros escáneres, encontramos una forma de vida fuera de la cúpula.
-Pero, ¿de qué clase de vida se trata?- dice desconfiado Zae.
-Una vida vegetal.
La sala se comienza a llenar de murmullos. A lo mejor no les he convencido del todo. Todo el mundo sabe, que las plantes se adaptan mejor que los seres humanos...
-Aprendiza de consejero Jun, ¿estás segura de lo que dices? Además, ¿habrá alguien tan loco como salir fuera de la cúpula y sacrificarse por la ciudad de Tkeos?- dice el consejero de la parte oeste.
En mi cara se dibuja una leve sonrisa y digo:
-La verdad es que si hay un loco que si se quiere sacrificar por el bien de la ciudad.
La cara de Zae se deforma por completo, se levanta y grita:
-¡Eso es imposible! No podemos sacrificar a ningún ciudadano por una teoría que probablemente no sea cierta.
Todos los consejeros comienzan a hablar entre sí, hasta que al final el gran consejero se levanta de su asiento y
dice:
-Jun, puedes irte. No puedes tomar parte de nuestra decisión al ser sólo una aprendiza.
Me levanto, me inclino ante ellos y salgo de la sala. Suspiro, ojalá pudiera salir de esta cúpula asfixiante. Paseo por las calles, observando las altas casas, los vehículos que pasaban por encima de mi cabeza y las imágenes holográficas. Levanto la mirada para observar el cielo, el nubes, parece que va a llover. Aunque gracias a esta cúpula nunca hemos sabido lo que se siente al sentir como cae el agua de lluvia bajo tu cuerpo. Nadie de esta ciudad se ha preocupado por eso, es una lástima. 500 años han pasado ya, desde que el meteorito cayó del cielo. 500 años han pasado ya, desde que vivimos en esta cúpula. De repente, me veo en frente de una puerta color gris claro. Toco al timbre. Por todo el pasillo, comienza a escucharse una musiquilla rítmica que me hace recordar. Entonces,Qail me abre la puerta. Como siempre, Qail llevaba el pelo desordenado y sin peinar. Según decía él, era para parecer más “guay”. Me mira con cara atónita y luego me deja pasar. Su casa nunca ha sido la más ordenada de todas, y se notaba por el desorden, que había estado aquí encerrado durante mucho tiempo. Se sienta en el sofá y me dice:
-Bueno, ¿qué tal la reunión?
Resoplo. Estaba cansada, y sin saber por qué, había acabado en su casa, aún encima me preguntaba por la reunión. Tomo asiento yo también en el sofá y le digo:
-Ya sabes, tienen que discutir mi propuesta.
La expresión de Qail lo decía todo.
-¿Y cuándo sabrás su respuesta?
-Cuando me envíen un mensaje.
Al escuchar eso, Qail se levanta del sofá, se pone una camiseta de manga corta que había encima de una silla y me pregunta:
-¿Quieres ir a tomar algo por ahí?
Al principio iba a decirle que no, pero su mirada me estaba diciendo que por favor fuera con él. Así que asiento, me levanto yo también del sofá y los dos salimos de su casa. Mientras bajábamos por las escaleras mecánicas, me doy cuenta de que está ausente. Creo que ya sé lo que pasa, por lo que le pregunto:
-¿Te ha llamado tu padre?
Su rostro se ensombrece, así que era eso...
-Al parecer tiene una enfermedad muy extraña y que con los medicamentos de ahora no se podrá curar.
Dejo pasar un suspiro. Ya me estoy haciendo la idea. Los seres humanos hemos sido creados para ser libres y explorar, pero nosotros hemos estado encerrados 500 años con miedo de salir fuera. Claro, poco a poco, nuestros cuerpos se van debilitando, acogiendo nuevas enfermedades. Esa es una de las razones por las que Qail quería salir de la cúpula. Por esa razón, me había pedido que si pedían voluntarios para salir fuera de la cúpula, fuera él y no cualquier persona. Yo confiaba en él, y aunque tuviésemos unas altas probabilidades de que el exterior ya es seguro, siempre estaba ahí esa chispa de inseguridad. De repente, apartándome de mis pensamientos, mi móvil comienza a sonar. Me arremango un poco la manga, dejando ver mi reloj-móvil. Le doy al botón de “responder” y me sale la imagen del consejero Triccu. No supe leer su expresión, así que decido preguntar:
-¿Cómo ha ido?
Se queda durante unos instantes callado y después responde a mi pregunta:
-Tienes que venir a Yhij, la parte norte de Tkeos, debemos hablarlo en privado.
Miro a Qail preocupada, él aparta la vista. Comprende la situación, pero parece que se quería sincerar conmigo, como solía hacer cuando está estresado.
-Jun,puedes irte tranquila. Ya hablaremos otro día.
Bajo las escaleras rápidamente y cojo el primer taxi hacia Yhij. La ciudad de Tkeos, en su construcción, fue una ciudad primitiva, no como es ahora que se ha modernizado. No tenían de los medios suficientes para hacerla como es ahora, ya que todo lo gastaron en hacer la cúpula. En sus principio, Tkeos era una ciudad fría, donde el suelo era hielo, y el único río de agua dulce estaba congelado. Ahora todo ha cambiado, es una ciudad de grandes edificios, donde la vegetación no abunda mucho. Gracias a los sistemas de calor, se pudo solucionar el problema de la congelación. Al ocupar Tkeos, un terreno tan grande, para administrarlo mejor, se dividió en cuatro partes. La parte norte, Yhij; la parte sur, Oij; la parte este, Knij; y la parte oeste, Vcij. Ahora me dirigía a la parte en la que aún se tienen problemas de descongelar, la parte norte, Yhij. El taxi para, desciende al suelo y abre su puerta. Cuando apoyo los pies en el suelo, elevo mi cabeza ante el gran edificio que se alzaba ante mí. Paso por la puerta principal, pensando en cual sería la respuesta del consejo. Esa respuesta definiría por completo el futuro de Qail, mi futuro y el futuro de toda la ciudad de Tkeos.

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